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Mostrando entradas de noviembre, 2014

Cuando se te va de las manos

Está bien todo eso de querer a alguien por encima de todo, y que se os vaya la mirada tras unos ojos que reflejan más luz que la farola tras la que te diste tu primer beso a las doce de la noche.  Está bien que cuando la luna se encuentre en lo más alto tú te encuentres en lo más hondo de las sábanas buscando lunares, y páramos, y galaxias, y todo tipo de universos en los que poder dejar tu huella. Y que cuando te preguntan ''en qué piensas'', realmente te des cuenta de que no es un qué, es un quién, y que tiene nombre, apellidos, fecha de nacimiento y un número ilimitado de besos que darte. O que cuando estés con el corazón en la cabeza tratando de ordenar tus sentimientos digas ''a la mierda la razón'' y de repente tu corazón sea lo único que tengas en el cráneo, y que resultó ser más cabezota que el cerebro. Todo eso, todo, está bien. Está perfecto.  Pero aun mejor que eso está recordar que el valor de todas esas pequeñas cosas se hace más grand

Contablemente incontable

Contemos cosas que se pueden contar con los dedos U no la persona en la que piensas mientras lees esto D os las piernas que abren muchas de la misma forma en que abres tú tu corazón T res las veces que lo has intentado diciendo ''a la tercera va la vencida'' C uatro los brazos que se entrelazan en un abrazo que no durará siempre Ci nco los dedos que forman la mano que deseas que te acaricie S eis los pasos que das para cerciorarte de que vas en la dirección correcta S iete el número de veces que has tratado de convencerte de que ese es tu número de la suerte O cho los planetas que se alinean cada vez que te besa N ueve las fases lunares en las que te has comido su piel con la boca D iez el número de lunares que has grabado en tu mente Lo que no se puede contar, sin embargo, sigue estando ahí E l número de corazones que habitan en el cerebro, el número de cerebros que habitan en los corazones E l número de veces que te has equivocado E l número de veces